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«EN LAS PRIMERAS FILAS DE ESCOPETAS SE HA FORMADO UN GRUPO MUY MAJO»

José Luis Canellada, soldado de mayor edad de la Compañía Olaberria

Donostiarra, del barrio de Herrera, José Luis Canellada Larrayoz vino a vivir a El Pinar cuando se casó. Casualidades de la vida hicieron que comenzara a desfilar en Olaberria y actualmente es el soldado de mayor edad de nuestra compañía.

– ¿Cómo empezaste a desfilar en la Compañía Olaberria?

Comencé a desfilar en la compañía en los años 70 por casualidades de la vida. Me casé y vine a vivir a Irun, a El Pinar. Solía salir después de trabajar a tomar algo por San Miguel, porque no conocía la zona. Yo jugaba a pelota a mano en aficionados y un día entré en un bar donde había cosas relacionadas con la pelota. Estaba Dionisio Irigoyen, que era cuñado de José Ramón Zugasti. A raíz de aquello empecé a jugar a pelota a mano de nuevo en el frontón de La Salle, en Elitxu. Y un día, hablando con Dionisio, me comentó que empezara a salir con ellos en la cuadrilla. Así conocí a Santi Muguruza, Luis Santamaría, Martxel Tapia, José Ramón Zugasti… y de ahí, empezar a desfilar en la Compañía Olaberria fue algo natural, porque ellos ya desfilaban.

– Eran otros tiempos…

Sí. Antes íbamos atrás. Eran efectivamente otros tiempos, íbamos hasta la Iglesia de Santa María del Juncal y de ahí a almorzar a la sociedad Euskal Kirolak, porque varios éramos socios. Más de una vez perdimos la compañía a la vuelta y tuvimos que hacer el final del recorrido de la mañana en otra compañía. Luego empezamos a almorzar en el caserío de Martxel Tapia, junto a Estebenea. Cuando falleció Martxel, su hijo mantuvo el almuerzo, porque como nos dijo en una ocasión, es lo que a su padre le hubiera gustado. Ahora, estos últimos años, comemos en mi casa, en Hondarribia. Suelen venir los hijos de Martxel.

– Las cosas han cambiado mucho desde los años 70…

Acuérdate como eran antes las últimas filas de las compañías. Ahora da gusto. Hace unos años en la compañía se reguló todo lo relacionado con las primeras filas de escopetas y desde entonces va todo rodado. Ensayamos junto al resto de secciones de la compañía y se ha formado un grupo muy majo. En la primera fila vamos Lekuona, Iriarte, Aristizabal, Telletxea y yo… pero los veinte que solemos ir nos llevamos muy bien. Yo, por ejemplo, me llevo de cine con Vicente Calleja, que va desfilando justo detrás de mí. A veces le suelo dejar pasar a la primera fila porque ya tengo 86 años y algunos tramos me cuestan un poco. Si vamos en llano me puedes poner todos los kilómetros que quieras, pero en algún ensayo, cuando solemos ir por la zona de Olaketa que está lleno de cuestas… yo le llamo el Tourmalet.

Te voy a contar una anécdota para que veas lo bien que nos llevamos. A la tarde, en la plaza de Urdanibia, suelo tomar algo con Vicente Calleja y Txema García Juez. Les suelo decir en broma que como me queda poco desfilando la ronda la pago yo.

– Si tuvieras que elegir algún momento del día de San Marcial, con cuál te quedarías…

Del Alarde me quedo con la arrancada y con el momento de llegar a la iglesia. De la compañía también elegiría dos. Por un lado salir de Estebenea, porque las vistas, el verde de los montes, el amanecer… son impresionantes. Y por otro, el final en Larreaundi, cuando el capitán manda las últimas descargas antes de terminar. Ese momento también es muy bonito.